El cansancio, el tiempo, el dolor se verá compensado al llegar al fin de la etapa y fin de la ruta. Las emociones aflorarán… ¡Objetivo cumplido!
Ese icono de la vieira amarilla tan representativa, que tanto hemos buscado para dar los pasos correctos…y al fondo, ya lo vemos ¡¡El faro, por fin!!
Podemos disfrutar de excelentes vistas, mucha gente se acerca para ver la puesta de sol, realmente impresionante. En el mar podemos observar una gran roca llamada Centolo donde numerosos barcos naufragaron.
El faro fue construido en 1853, es el faro más occidental de Europa y consta con númerosos reconocimientos entre ellos el de Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
El peregrino debe realizar una serie de rituales al llegar al faro, así lo dice la tradición.
El primero es darse un baño en la playa de la Langosteira.
El segundo, visitar el albergue público de Fisterra. Allí se le entregará un documento llamado la Fisterrana por haber realizado el recorrido.
El tercero y último es quemar las botas una vez llegado al faro.